sábado, 4 de enero de 2014

Escuela Nueva





El término Escuela Nueva se refiere a todo un conjunto de principios que surgen a finales del siglo XIX y se consolidan en el primer tercio del siglo XX como alternativa a la enseñanza tradicional. Estos principios derivaron generalmente de una nueva comprensión de las necesidades de la infancia.
La Escuela Nueva se plantea como un modelo didáctico y educativo completamente diferente al tradicional: va a convertir al niño en el centro del proceso de enseñanza y aprendizaje, lo que se ha denominado paidocentrismo, mientras que el profesor dejará de ser el punto de referencia fundamental, magistrocentrismo, para convertirse en un dinamizador de la vida en el aula, al servicio de los intereses y necesidades de los alumnos.

Intentar comprender la filosofía educativa del personaje (John Dewey) exige dirigir nuestra mirada a un movimiento educativo más amplio donde se incluye el movimiento de la Escuela Nueva, corriente que sin ninguna duda sienta las bases de la pedagogía contemporánea. Originado en torno a 1875,se trata de un movimiento heterogéneo, sin que exista un único fundador, sino una serie de personajes carismáticos que exponen y buscan compartir su visión sobre el hecho educativo.
Decroly, Montessori, Claparéde, Ferriére, Cousinet, Dewey... poseen sus propias teorías, su peculiar manera de concebir el ser humano, la sociedad, y, por supuesto, la educación; pero todos ellos van a coincidir en un cuestionamiento de las formas tradicionales de enseñanza. De ahí ese calificativo del movimiento, ese adjetivo de nueva, que expresa ese deseo de ruptura, de renovación de lo que hasta entonces se había estado desarrollando en la mayoría de las escuelas.
El apelativo de Escuela Nueva proviene de las primeras instituciones que se crearon en Gran Bretaña y que se llamaron New Schools, pero en los distintos países se fue acuñando una terminología propia para definirlo, como éducation nouvelle, en Francia, Reformpádagogik en Alemania o Progressive Education en Estados Unidos.
Si el comienzo de la Escuela Nueva se sitúa alrededor de 1875, su final como movimiento organizado podría fecharse en 1939, en el caso de Europa, o 1955, en el caso de Estados Unidos, debido a que la Segunda Guerra Mundial provocó el término de muchas experiencias y motivó un desencanto frente al optimismo pedagógico que había predominado en décadas anteriores. Sin embargo, su influencia, su espíritu, se han mantenido en el tiempo y buena parte de sus aportaciones se encuentran presentes en la mayor parte de los sistemas educativos actuales del mundo occidental. Principios como el de actividad, el de individualización, el de socialización, el de creatividad... están integrados en el bagaje educacional del siglo XXI.

A la hora del hablar del contexto histórico de la Escuela Nueva, podemos decir que fue favorable, ya que sus principios educativos, su metodología y su praxis escolar sintonizan a la perfección con el tipo de enseñanza que necesitan y desean las nuevas clases medias, ya constituidas como las fuerzas más modernas y progresistas de una sociedad que comienza una imparable carrera de cambios y progreso en campos tan diversos como el político y social o el industrial y tecnológico.
Debemos señalar que los movimientos educativos socialista y anarquista nunca estuvieron integrados en la EN, aunque sí participaron de una parte significativa de principios y criterios educativos comunes.
En el contexto histórico de la EN surge una corriente de interés por el estudio científico del niño y la infancia. La multiplicación de escuelas y del número de niños, procedentes de ámbitos sociales y económicos distintos, exigió diversificar los métodos y los principios: ni todos los niños eran iguales ni podían ser tratados con un mismo patrón.
Por su parte, en EE.UU encontramos un movimiento parejo a la Escuela Nueva, que allí recibe el nombre de Escuela Progresista y que se inicia como protesta frente a la escuela tradicional americana centrada en el profesor y en los principios educativos clásicos. Este movimiento es difundido por los profesores de universidad y adoptado por maestros de las escuelas públicas y asociaciones profesionales con el fin de transformar la sociedad por medio de la educación. La Escuela Progresista giraba en torno a la filosofía de John Dewey (1859-1952) y adoptó como método de enseñanza el lema: aprender haciendo.
Este movimiento tuvo una enorme difusión en los EE.UU, sobre todo en el período alrededor de las dos grandes guerras, aunque empezó a decaer en los años 40 para desaparecer prácticamente después de la 2ª Guerra Mundial.

En lo referido a los antecedentes, cuatro educadores son considerados precursores del movimiento de Escuela Nueva: Rousseau, Pestalozzi, Froebel y Herbart. Estos pedagogos pusieron las bases teóricas de la educación contemporánea que, en buena parte, sigue vigente en la actualidad. El movimiento de Escuela Nueva, reconocerá en todo momento la autoridad de dichas figuras pedagógicas como el sustento de su teoría y praxis educativas.


El gran hallazgo de Rousseau fue entender al niño como ser distinto del adulto y sujeto a sus propias leyes de evolución, plantea una nueva pedagogía y una nueva filosofía de la educación basadas en los intereses y necesidades del niño y en el desarrollo natural en libertad.
Pestalozzi concibe la educación del pueblo como un mecanismo para transformar sus condiciones de vida; se convierte así en un adelantado en la concepción de la educación al servicio de la transformación social. Para él, la educación elemental está basada en el desarrollo armónico de las capacidades intelectuales, afectivas y artísticas. El fundamento absoluto del conocimiento es la intuición.
Froebel se apoya en las teorías naturalistas de Rousseau y en la experiencia práctica de Pestalozzi para diseñar un acabado plan de formación aplicado a la educación de preescolar. Se muestra contrario a la división artificial por materias y diseña un método integral de enseñanza-aprendizaje más relacionado con la realidad de las cosas. Concibe que la educación deba respetar el libre desarrollo de las capacidades de cada educando, como si se tratara de las plantas de un jardín, de ahí el nombre genérico de sus instituciones Kindergarten o jardín de niños. El maestro debe tener esencialmente una función orientadora y estimuladora apoyándose en el juego. Además de los juegos, propone la música, el dibujo, la conversación, el modelado y el uso de materiales específicos creados para la educación de las manos, los dones, que son objetos destinados a enseñar al alumno en la primera infancia la forma, el color, el movimiento y la materia.
Herbat ha pasado a la historia de la Pedagogía por ser el primero que elabora una pedagogía científica, apoyándose en la filosofía y la psicología. En su planteamiento pedagógico, considera que el fin último es la moralidad y toda la educación debe apuntar en ese sentido. En el ámbito didáctico desarrolla la teoría de los pasos formales, utilizada posteriormente por las corrientes educativas más avanzadas.

La palabra clave del funcionamiento de esta escuela será “actividad”, aprender haciendo en un ambiente educativo, en el aula transformada en vida social, en asunto de la sociedad a la que se pertenece. Mobiliario flexible dentro del aula para adaptarse a situaciones didácticas y de aprendizaje diferente; no existen los libros como tales sino que se dan pautas de trabajo y de actividad y, con una programación previa, los maestros y alumnos van construyendo los contenidos a partir de los intereses y motivaciones de los alumnos, rechazando el enciclopedismo y el manual escolar.

La Escuela Nueva, también recibió críticas, la mayor parte de veces injustificadamente, desvirtuando o malinterpretando sus principios fundamentales, contra los que arremetieron. La Escuela Nueva fue criticada por la Iglesia Católica y por grupos reaccionarios a causa de la coeducación de niños y niñas y de su laicismo. Otros grupos, profesionales o políticos, criticaron su supuesto antiintelectualismo o el abuso de los sentidos y la actividad, frente a la disciplina, la memorización y el control de la inteligencia y la voluntad.

Para terminar que el ideario de la Escuela Nueva se fue paulatinamente incorporando a los proyectos educativos de escuelas públicas y privadas e incluso a las mismas leyes, llegando a darse la paradoja de que su propia existencia dejó de tener sentido al haberse logrado gran parte de sus aspiraciones, al menos de derecho, en la inmensa mayoría de centros de enseñanza internacionales.


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