En los comienzos (siglo V-XV) la educación infantil
se encontraba regida por las órdenes religiosas y los malos comportamientos
eran vistos como influencias malignas y negativas. El niño era visto como
heredero del pecado, se daba el castigo corporal si no se obedecía a lo
establecido.
En la época medieval el niño no era visto como niño, si no
que se le trataba como aun adulto, por esta razón no eran llevados a la
escuela, era la familia quién debía encargarse de la educación del niño. Aun
así, siempre se consideró que los niños eran bondad en sí mismos, y que era la
sociedad quien les corrompía.
Fue Comenio quien,
en el siglo XVIII, escribió el primer libro que sirvió a los maestros
como primera guía curricular. Destacaba el adiestramiento sensorial y el
aprendizaje por la acción mediante el estudio de la naturaleza, y su curriculum
avanzaba a través de círculos concéntricos que evolucionaban uno a partir del
siguiente.
Rosseau considera
determinante para educar bien al niño la combinación entre las necesidades, el
desarrollo de las facultades y el conocimiento de los objetos a través de la
experiencia, conforman tres tipos de educación, distintas entre sí. Teoriza y
reflexiona sobre la noción de sensación, sobre la relación que establece el
niño con los objetos sensibles, sobre la manera como se ejercita su cuerpo, y
como se entrenan los sentidos durante la infancia, con el propósito de que aprenda
a conocerse a sí mismo.
La educación del niño es muy importante desde edades muy
tempranas.
Pestalozi habla de
la importancia del aprendizaje materno y en el desarrollo de las habilidades
del niño.
Ya en el siglo XX,
se produce el descubrimiento de nuevas capacidades en los niños desde
edades tempranas, así como los hallazgos en el área de la percepción o los
hallazgos en relación a la memoria, la atención y la ínter subjetividad.
A finales del siglo XIX y principios del XX predominan
los estudios científicos sobre la niñez caracterizada por el surgimiento de
múltiples conceptos y teorías del desarrollo. Hablamos aquí de Freud, Piaget o
Vygotsky.
Piaget destaca la
importancia de la actividad mental frente a la pasividad y define las
operaciones mentales como acciones interiorizadas caracterizadas por la
reversibilidad. El niño aprende mediante un proceso de asimilación mediante
acomodación y adaptación.
Ausubel mantiene
que el verdadero aprendizaje del niño se hará cuando este resulte de interés
para el mismo, que le aporte un significado. El aprendizaje como un proceso
activo.
Feverstein analiza
el papel de los mediadores (familia, escuela, docentes…), en la asimilación y
conceptualización de los estímulos. Más que el estudio de la conducta de forma
individual, prima el estudio del escenario de la conducta, subrayando la
interacción entre individuo y ambiente y potenciando la investigación del
contexto natural del individuo.
Vygotsky defiende
que el potencial de aprendizaje de los individuos se desarrolla a través de la
socialización contextualizada. Describe los niveles de desarrollo que son
necesarios determinar para incidir en el avance del mismo:
Nivel de Desarrollo Real, el nivel de Desarrollo Potencial y
el nivel de Desarrollo Próximo (ZDP).
Los precursores de la escuela nueva fueron Montessori, Freinet, Declory, Neill, Montesori, Fröebel y las hermanas Hagássi.
Todos ellos centran su actividad en la búsqueda de métodos alternativos a los
tradicionales, y defienden una nueva concepción del niño, de su actividad
discente y de su desarrollo integral.
Esta escuela nueva
tiene una serie de ideas básicas, podemos resumirlas en:
-
Actividad manipulativa y mental del niño, siempre
motivadoras para el mismo.
-
Libertad, individualización y personalización de la
enseñanza.
-
Fomento de la socialización y de la intuición.
-
Globalización e interdisciplinariedad de los
contenidos.
-
Importancia de la colaboración entre la familia y la
escuela.
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